Jott es una aplicación que permite chatear sin conexión

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Jott es el nombre de una aplicación que permite chatear sin conexión. Requiere que los participantes la tengan descargada, pero no necesita de números de teléfono para funcionar. Es gratuita y está disponible para iOS.

Ni datos, ni WiFi, ni nada. Jott es un servicio de mensajería que no consume Internet, ni crédito por supuesto, para funcionar.

Se trata de una red que conecta a individuos que se encuentran relativamente cerca. Funciona a través de una tecnología que se llama mesh network que admite la comunicación entre dispositivos a través de Bluetooth.

Resulta ideal para lugares sobre poblados, como recitales o partidos de fútbol. Además es una buena opción para momentos de catástrofes naturales en los que las líneas suelen estar caídas o colapsadas.

Jott funciona sin necesidad de tener los números teléfonos de los usuarios, ya que conecta a quienes se encuentran próximos. Además admite conversar con los amigos de Instagram.

Es una aplicación gratuita. Está disponible para Android y iOS.

5 redes sociales educativas #TIC #redeseducativas

Cuando oímos hablar de redes sociales, la primera reacción es pensar en Facebook o Twitter. Pero no son las únicas y en Internet descubrimos redes sociales educativas con las que docentes, alumnos y familias están en contacto permanente.

Red social educativa Docsity1.Docsity: Buscar, consultar o descargar contenidos que comparten otros estudiantes. Así es Docsity, una red social educativa que permite consultar apuntes, noticias, vídeos didácticos… relacionados con la biología, la química, el derecho, la historia, los idiomas, las matemáticas o la psicología, entre otras materias. Para los alumnos universitarios es una interesante fuente de consulta, destacando el área de Blogs en el que se escriben artículos sobre las diferentes carreras. Esta red social también permite intercambiar opiniones con otros usuarios, resolver dudas o recibir notificaciones cuando otro usuario consulta los contenidos que hemos subido nosotros mismos. Los alumnos con una participación más activa van acumulando puntos, lo que da acceso a los diferentes opciones de la página.

Red social educativa the Capsuled2.the Capsuled: Su lanzamiento se produjo el pasado mes de febrero (de la mano de tekman Books) y su objetivo es posicionarse como punto de encuentro de docentes, escuelas, familias y todas aquellas personas interesadas en el mundo de la educación. Sus usuarios pueden interactuar, generar y compartir contenidos y propuestas educativas de forma abierta y fácil. Y es que la interacción es un componente muy importante de esta propuesta, así como los elementos visuales de que dispone: su interfaz, por ejemplo, está organizada como timeline y permite ver varios contenidos a la vez y publicar post, comentarlos o seguir a otros usuarios. Cada publicación se etiqueta con un color distinto, según si va dirigido a escuelas, familias o a todos los públicos.

Red social educativa educaNetwork, aprendiendo juntos3.educaNetwork, aprendiendo juntos: Una de las características más interesantes de la red social educaNetwork es la posibilidad de formar grupos de aprendizaje desde los que sus usuarios crean cursos, comparten archivos, chatean, incluyen pruebas multimedia que permiten poner a prueba los conocimientos de sus miembros…; estos grupos pueden ser públicos o privados. También proporciona a los docentes herramientas para el aula fáciles de utilizar y gratuitas.

Eduredes: Redes Sociales Educativas4.Eduredes: Redes Sociales Educativas: “Lugar de intercambio de experiencias en la administración de redes sociales educativas, uso docente de las redes, posibilidades y todo lo que implica el uso de las redes sociales con fines educativos y relacionados con la educación”. Así definen los creadores de Eduredes (Juan José de Haro y J.Carlos López) este espacio web, dirigido a aquellos usuarios que quieren sacar la máxima utilidad a este tipo de páginas y compartir sus vivencias.

Red social educativa Edmodo5.Edmodo: En 2008 Nic Borg y Jeff O’Hara fundaron Edmodo, una plataforma educativa que funciona como una red social y en la que participan docentes, familias y alumnos (cada uno de ellos posee unas funciones determinadas). Permite la creación de grupos cerrados y privados, el acceso a materiales educativos, el envío de trabajos, la posibilidad de compartir enlaces y documentos, realizar publicaciones, adjuntar ficheros…; cada uno de los contenidos se etiqueta y clasifica previamente. También existe la opción de que los docentes inviten a los alumnos a participar en debates en línea, para lo cual es necesario registrarse con un nombre de usuario y contraseña. El docente, en Edmodo, es el único que puede crear los grupos y administrarlos, mientras que los estudiantes (y también sus familias) necesitan conocer el código de acceso a estos grupos para consultar los contenidos que se suben.

El aula invertida y otras propuestas para la #educación del futuro

Quizás haya un tablero blanco en vez de la tradicional pizarra negra o verde, y es posible que los chicos estén usando laptops o tabletas, pero todavía se utilizan muchos libros de texto, bolígrafos y fotocopias.

Y de pronto lo más llamativo es que los escritorios siguen organizados en dirección a un profesor que se para al frente de la clase.

Salón de clasePor más que parezca lo más lógico, el que el profesor esté al frente se tacha de anticuado.

La teoría y el currículo tampoco han cambiado mucho, según el pedagogo y autor Marc Prensky.

«El mundo necesita un nuevo currículo», dijo recientemente en una conferencia dedicada a la tecnología en la educación. «Tenemos que repensar el currículo del siglo XIX».

La mayoría de los productos para la educación a la venta son meras ayudas para enseñar el currículo existente, señala, basados en la falsa idea de que «necesitamos enseñar mejor lo que estamos enseñando».

Lo que se requiere ahora, para él, es todo un nuevo núcleo de asignaturas que se centren en las habilidades que equiparán a los estudiantes de hoy para el mundo laboral de mañana.

Aula invertida

Manzana libros tablero
Según Prensky, «la educación del futuro aún no existe», pero eso no es del todo cierto.

Uno de los mayores problemas al tratar de cambiar radicalmente métodos pedagógicos centenarios es que ninguna generación de padres quiere que sus hijos sean los conejillos de indias.

No obstante, Prensky opina que no hay otra opción: «Vivimos en una era de cambio acelerado. Tenemos que experimentar y encontrar lo que funciona».

«Estamos en el primer piso de un nuevo mundo repleto de imaginación, creatividad, innovación y sabiduría digital. Por eso tenemos que crear la educación del futuro, pues aún no existe».

En eso podría estar un poco equivocado. El cambio de los salones de clase tradicionales, por ejemplo, ya es una realidad.

El aula invertida -la idea de invertir los métodos tradicionales de enseñanza enviando instrucciones en línea fuera del salón de clase y usando la escuela como el lugar para hacer la tarea- ha ganado popularidad en los colegios de Estados Unidos.

El papel de los profesores es más bien de guía, y los estudiantes ven las lecciones en casa, a su ritmo, comunicándose con sus compañeros y profesores vía online.

El matemático Salman Khan, quien en 2004 fue sorprendido por la enorme popularidad de unas clases de matemáticas que había puesto en YouTube para ayudar a sus primos, es uno de los principales promotores de las aulas invertidas.

La experiencia llevó a la creación de la Academia Khan, una organización sin ánimo de lucro que ofrece videos educativos con el currículo completo de matemáticas y otros temas.

El proyecto le llamó la atención al Departamento de Educación de EE.UU., que en este momento está en medio de una prueba de US$3 millones para medir la efectividad del método.

Y la idea ha tenido aceptación en por otras partes del mundo, incluidas México, Colombia y Reino Unido.

Profesores sorprendidos

Aula invertida en Sudbury
En un aula invertida, los niños exploran solos y los profesores sirven como guías.

Mohammed Telbany es el director del departamento de TI en la escuela primaria Sudbury en Suffolk, Inglaterra, y ha estado experimentando con el aula invertida.

«En vez de pararse frente a los niños y decirles qué hacer, los profesores son facilitadores, y los niños vienen a hacer cosas».

«Lo que ha sorprendido a los profesores es que los niños pueden alcanzar la excelencia por sí solos, con una intervención mínima de parte de los adultos».

En el mundo en desarrollo donde, según algunos estimados, hay hasta 57 millones de niños que no pueden ir a la escuela primaria, la idea de que puedan aprender sin mucha intervención de adultos es una necesidad, no un lujo.

Abuelos en las nubes

Sugata Mitra, de la Universidad de Newcastle, ha estado estudiando con la autoenseñanza desde sus famosos experimentos con computadoras en huecos en las paredes de los tugurios de Delhi en 1999.

Quedó asombrado al ver cuán rápido aprendían los niños a usar las máquinas sin supervisión de adultos o consejos.

De ahí nació la idea de los «abuelos de la nube»: profesionales retirados británicos que son mentores de grupos de niños en India vía Skype.

El colegio en la nube
El proyecto de El colegio en la nube se lanzó este mes en India.

En 2013, ganó un premio Ted que le dio un millón de dólares para construir una serie de espacios de aprendizaje autoorganizados tanto en Reino Unido como India.

En enero completó el último de siete espacios, un llamativo edificio de cristal con energía solar en medio de la exuberante vegetación de la aldea de Gocharan en Bengala.

No habrá profesores y unos 40 niños podrán participar cuando quieran. Tendrán internet a su disposición y trabajarán en grupos pequeños. Y habrá mentores vía Skype.

Los niños «participarán en una variedad de actividades que serán propiciadas por su interés y curiosidad», explica Suneeta Kulkami, directora de investigación del proyecto de La Escuela en la Nube.

También se les harán «grandes preguntas», que pueden contestar online.

«Pero a veces surgirán de lo que los niños mismos se preguntan».

Cómo actúan los padres ante el uso que sus hijos le dan a la tecnología

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La relación de los niños y jóvenes con la tecnología suele ser una preocupación que suele abordarse desde la relación que tienen los padres con sus hijos, con consejos y recomendaciones ante el desafío que implica el uso de los dispositivos electrónicos junto al acceso a Internet y las redes sociales.

Así como se suele mencionar una regla sobre los primeros contactos de los niños con la tecnología, un informe regional elaborado por la asociación Chicos.net de forma conjunta con Disney y Fibertel en el marco del Día de Internet Segura 2015 aborda, entre varios puntos, el análisis sobre cómo deben recorrer los padres el desafío de acompañar a sus hijos en el mundo on line.

La principal preocupación que tienen los padres padres argentinos consultados señala que su principal preocupación es que es que sus hijos sean abordados por un adulto que los ponga en peligro, seguido del cyberbulling, el uso indebido de las fotos de los menores publicadas en Internet y la potencial exposición que puedan llegar a tener a los contenidos adultos o de tipo sexual.

Relaciones amigables entre guardespaldas, espías y sobreprotectores.

En el reporte, la relación entre padres, hijos y el uso de la tecnología devela cuatro perfiles con características propias y definidas del comportamiento que tienen los mayores respecto a los más pequeños.

Los padres guardaespaldas se caracterizan por tener una posición amistosa en la crianza, plantea permisos arbitrarios en el uso de la tecnología y mantiene su presencia sin invadir demasiado en la actividad de los chicos. Es uno de los perfiles que suelen predominar en las familias argentinas, en un 33 por ciento de los mayores encuestados.

Con un 14 por ciento se encuentran los marcadores, padres sobreprotectores que imponen muchas restricciones, inhiben al hijo y son temerosos de la tecnología. Es uno de los perfiles que impiden que los niños puedan crear sus propios recursos para preservarse de los peligros tanto en el mundo off-line y on line.

Este perfil se asemeja en parte a los padres espías, un modelo autoritario que, bajo la excusa del control constante, invade la privacidad de los hijos, consideran que el uso de la tecnología es improductiva.

Los mejores recursos para acompañar a los niños en el mundo on line apuntan a desarrollar las habilidades necesarias para detectar los focos de riesgo, valorar la adopción de las nuevas tecnologías en la educación y sociabilización, y no plantear su uso con reglas de castigo o amenazas.

Radiografía de las condiciones del uso de la Tecnología.

Según el reporte regional elaborado por Chicos.net, Disney y Fibertel, los padres establecen reglas que establecen cómo usar la tecnología en el hogar. Ponen especial énfasis en la relación que tiene con las redes sociales, en especial con los mayores de 10 u 12 años, más habituados a estar conectados en estas plataformas, además de implementar el uso de contraseñas para delimitar el acceso.

El espacio físico del hogar también tiene sus propios límites en cuanto al uso de la tecnología, y más del 70 por ciento de los padres destacan que el living y el comedor son los lugares delimitados para acceder a Internet y utilizar dispositivos electrónicos. El 30 por ciento restante señala que sus hijos acceden a la Red y utilizan teléfonos, computadoras o tabletas desde sus dormitorios.

Lo que en un momento se podía delimitar en el hogar, ahora los dispositivos móviles y la mayor disponibilidad de accesos amplía el panorama. El reporte señala que, fuera de casa, los niños de 10 a 12 años acceden a Internet desde la casa de los familiares, la escuela o la casa de sus amigos.

La postura de los padres ante el uso de teléfonos y tabletas que tienen sus hijos suele ser, a veces, contradictoria. Culpan a la tecnología del sedentarismo y el aislamiento de sus hijos, cuando suelen ser los responsables de crear, dentro de los contextos urbanos, las condiciones para que accedan a contenidos on line , por considerarlas más seguras que la vida off line o en la calle.

También se señala que, ante las múltiples ocupaciones, los padres descansan en la delegación de la tecnología a los niños para poder contar con un mayor tiempo libre, un motivo que suele interferir en las reglas de uso impuestas por los mayores.

Haz clic para acceder a chicosytecnologia.pdf

 

15 expertos en educación cuentan los pros y contras del uso del móvil en el aula

os enfrentamos en nuestra vida familiar es plantearnos a qué edad permitiremos a nuestros hijos tener su propio móvil. Pensar que se lo llevarán al colegio y que lo usarán a todas horas no ayuda mucho en la decisión. Pero hay un grupo emergente de expertos en educación que han sabido cómo sacar partido de este dispositivo en el desarrollo de sus clases, aunque sus planteamientos no dejan de crear polémica entre padres y educadores.

Para poder posicionarnos sobre el tema hemos reunido a 15 profesores y expertos en educación 2.0 de España y Latinoamérica para que nos respondan a esta pregunta: ¿Estás a favor o en contra del uso del móvil en el aula y por qué? Estas son sus respuestas:

Dolors Reig: “Los móviles (‘smartphones’) se han convertido en un instrumento fundamental para el ‘cyborg’ (ser humano aumentado) de nuestros tiempos. Eliminarlos en el aula resulta artificial y contraproducente desde el punto de vista de que perdemos la oportunidad de orientar su uso con fines educativos o incluso de autocontrol de la propia conectividad. Resulta absurdo, además, cuando los usos lúdicos que pretendemos evitar pueden realizarse en ordenadores o ‘tablets’ que a veces sí permitimos. Las tendencias tecnológicas avanzan hacia ‘smartphones’ de pantalla cada vez más grande, así que pueden resultar incluso herramientas para tomar apuntes, consultar temas, etc. Evidentemente, hablo de educación superior, así que sí tendría algún sentido eliminarlos en el caso de niños y para la realización de actividades concretas. En el resto de casos es mejor educar su uso”.

@dreig es psicóloga social y editora principal de El caparazón, uno de los blogs en lengua española más influyentes en el ámbito de la innovación, la educación y la tecnología.

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José Luis Orihuela: “Al dedicarme a la comunicación digital y a los medios sociales, en mis clases de grado, posgrado y conferencias siempre permito y aliento el uso de móviles, tabletas y portátiles. Además, animo a los participantes a tuitear las sesiones. La docencia en el campo de la Comunicación no puede prescindir de la cultura de la conectividad en la que viven los estudiantes. Hay que construir la formación a partir de sus múltiples destrezas comunicativas y no contra ellas. El problema no es la tecnología que usen los alumnos para distraerse, sino la metodología y los contenidos temáticos que pretendemos imponerles”.

@jlori es profesor en la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra y autor de eCuaderno.com. Entre sus libros: Mundo Twitter (2011), 80 claves sobre el futuro del periodismo (2011) y La revolución de los blogs (2006). Como conferenciante y profesor invitado ha desarrollado actividades profesionales en 26 países.

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Tíscar Lara: “Estoy completamente a favor, no solo porque es una herramienta de comunicación digital y producción multimedia que debemos incorporar y aprovechar, sino también porque es parte de nuestra realidad y especialmente de la de los más jóvenes. A estas alturas podríamos decir que de ser una oportunidad ha pasado a ser prácticamente una obligación para la Escuela. Además del proyecto Mlearning EOI en Educación Superior, recomiendo explorar las experiencias de aula de otros niveles educativos desarrollados por profesores como César Poyatos o Charo Fernández con los proyectos Physicsonthego y FitoAtocha“.

@tiscar es directora de Comunicación de la Escuela de Organización Industrial, donde implantó el proyecto pionero en España Mobile Learning EOI en 2009. Como profesora de comunicación y experta en alfabetización digital, escribe regularmente sobre estos temas en tiscar.com y en Twitter.

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Eduardo Amos: “El ‘m-learning’ es una de las herramientas más poderosas de enseñanza y aprendizaje, con un potencial excepcional para romper las barreras que separan a profesores y estudiantes. La mejor experiencia que tuve en ese sentido fue con un pequeño proyecto realizado por un grupo de alumnos de Secundaria en Bezerros, Pernambuco (Brasil). La distancia de más de 2.500 kilómetros que nos separaba desapareció cuando durante una clase estos alumnos intercambiaron más de 50 SMS conmigo, que soy uno de los autores del libro de texto que utilizaban. Fueron 50 minutos muy intensos en el que practicaron el género textual del SMS para conocer un poco más acerca de mi trayectoria profesional, mis obras y mi vida personal. Cuando fueron transcritos, nuestros mensajes dejaron de ser textos frágiles y efímeros para convertirse en un material didáctico. La barrera de la distancia se rompió y la motivación aumentó de modo espectacular”.

Eduardo Amos desarrolla desde hace 34 años material didáctico en lengua inglesa para Secundaria y Bachillerato. Es coautor de más de 40 libros e imparte formación a profesores.

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Viviana Araya: “Una clase podrá ser altamente exitosa en conexiones neuronales si, mientras el docente explica, el alumno investiga en Internet, saca fotos del material, graba algún procedimiento, se ubica espacio temporalmente en mapas interactivos, toma apuntes en herramientas como Evernote para luego compartir e intercambiar el material con sus compañeros y entre todos armar un mural con sus conclusiones o debates del tema que se publicarán en el blog del aula o en un documento compartido. Pero una clase también puede ser un fracaso estrepitoso si, mientras el docente explica, el alumno se dedica a poner al día sus redes sociales. Por lo tanto, más allá de responder con un sí o un no al uso del móvil en el aula, primero debemos preguntarnos cómo, por qué y para qué lo incorporaríamos a nuestras clases. Una vez que tengamos las respuestas, debemos planificar la clase en torno a ellas para lograr una experiencia educativa, creativa y gratificante para todos los involucrados”.

@araya_viviana es licenciada en Tecnología Educativa (UTN), especialista en implementación de tecnologías educativas en el aula, coordinadora de proyectos digitales con capacitación a docentes y coordinadora TIC en Colegio Norbridge y Colegio Bricktowers de Buenos Aires, Argentina.

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Graciela Bertancud: “El mayor reto es enseñar a los niños y jóvenes acerca del uso correcto del móvil, sobre todo lograr que el dispositivo esté en silencio en los momentos en los que se necesite estar concentrado. A veces esto es un tanto difícil de entender, dado que han nacido conectados y no saben que se puede vivir sin tanta conexión y que prescindir de ella no es el fin del mundo.  Como en todo proceso de aprendizaje, es importante la motivación, la adhesión a la propuesta. En lo personal, cuando pautamos silenciar los celulares con mis estudiantes, lo hacemos sin ningún gesto y convencidos de que es lo mejor para nuestro rendimiento;  con esto no quiero decir que no lo utilicemos durante el trabajo y lo consultemos cuando es necesario. En realidad, no creo conveniente consultar el móvil cada dos segundos y abandonar, de ese modo, el control de nuestra vida para ver qué ha publicado tal o cual persona en sus redes y alejarnos, en cierta medida, de las personas que estén a nuestro alrededor. Este, considero, es el desafío más importante”.

Graciela Bertancud es coordinadora de TIC y directora del Colegio Tomás Alva Edison de Guaymallén, Mendoza (Argentina).

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Mariela Duarte: “Creo que el uso del celular dentro del aula, con fines obviamente didácticos, incentiva la creatividad, la imaginación y la conectividad. En el Instituto Ballester trabajamos con Google Apps for Education. Los alumnos en su celular pueden recibir mails individuales y del curso, consultar su calendario individual y del curso, utilizar Hangout para conectarse en forma sincrónica a través de mensajes o de videoconferencia, usar el traductor, buscar información, crear documentos y guardar archivos en Drive, ingresar a Classroom, grabar vídeo, audio, etc. y bajar otras aplicaciones educativas”.

Mariela Duarte es coordinadora y asesora pedagógica de Informática y profesora de Informática en el Instituto Ballester Deutsche Schule de Buenos Aires, Argentina.

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Patricia Escalante: “El móvil ya es una herramienta imprescindible en nuestras vidas, así que no hacerlo partícipe del proceso de enseñanza-aprendizaje es impensable. Como docentes, debemos apropiarnos de su uso y aprender a sacar todo el provecho del mismo. Nuestros jóvenes han venido adaptando su cotidianidad a las nuevas tecnologías, en ocasiones con buenas prácticas y en otras no tan buenas. Debemos vencer nuestros miedos, para llegar a ser los mediadores tecnológicos que nuestros estudiantes necesitan. La clave del adecuado uso de la tecnología radica en la apropiada orientación que brindemos sobre las mismas. No necesitamos ser expertos, sino dedicarnos a lo que hacemos mejor: mediar con pedagogía. Cuanto más logremos integrar el trabajo del aula con el buen uso de herramientas tecnológicas como el móvil, antes estrecharemos la brecha entre educación y tecnología. Podríamos empezar con el uso del calendario para programar los trabajos y las evaluaciones de nuestros estudiantes, ya que siempre nos quejamos de su falta de planificación. ¿Qué tal una alarma para recordarles que deben comenzar a leer el libro que será evaluado en un par de semanas?”.

Patricia Escalante Acevedo es licenciada en Español y Lenguas, máster en Educación y cuenta con experiencia docente en educación preescolar, básica y media. Actualmente es editora en Santillana Educación Colombia.

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Tânia Knittel: “Durante la investigación que realicé para mi doctorado, comprobé que los teléfonos móviles pueden ser un recurso pedagógico, pero para ello el profesor debe jugar un papel fundamental como mediador. Por otro lado, en el día a día observamos que, pese a que los dispositivos móviles forman parte de la vida cotidiana de los alumnos, muchos de ellos no los ven como recursos que se pueden usar en la escuela. Es necesario que esa herramienta se transforme porque lo cierto es que los alumnos están preparados para asimilar nuevas formas de acceder a la información y de construir el conocimiento. Pero para eso, los educadores deben crear experiencias significativas y facilitar recursos e información en tiempo real a los estudiantes”.

@tfkni es profesora de Informática Educacional en el Colegio Emilie de Villeneuve de São Paulo/Brasil.

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Rosa Liarte: “Estoy a favor del uso del móvil en el aula porque es una herramienta de aprendizaje ubicuo y potencia la autonomía e iniciativa personal del alumnado. Usarlo en mi clase para aprender sobre latitud y longitud junto con Google Maps, coevaluar con Rúbricas a través de formularios de Google, o usar numerosas apps, es el día a día en mi clase. En mi centro está aprobado el uso de móviles en el aula, nuestro alumnado ha elaborado las normas de su buen uso y todo transcurre con normalidad. ¿Hasta cuando en un mundo conectado, los centros educativos van a dejar de estar desconectados?

@rosaliarte es profesora de Geografía e Historia y miembro del Equipo Directivo del IES Cartima (Estación de Cártama) de Málaga, España.

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Priscila Oliveira: “¿Es el móvil el gran villano en las clases? Muchos colegios y profesores consideran este pequeño aparato como una amenaza, pero en realidad puede convertirse en un aliado con múltiples utilidades si se establecen estrategias pedagógicas para utilizarlo. De hecho, en la escuela donde doy clases, en São Paulo, hay situaciones en las que se permite su uso, como, por ejemplo, para buscar en los diccionarios online el significado de palabras, para hacer los ejercicios digitales de la colección Ventana al español cuando se olvidan el libro en casa o para realizar actividades con vídeos de canciones utilizando sus móviles y los auriculares, lo que facilita la comprensión auditiva de la lengua. Por eso, lo veo como un recurso muy útil y que ya forma parte de las clases”.

Priscila Oliveira Vieira es profesora de español de Educación Secundaria en el colegio Mary Ward de São Paulo/Brasil.

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Melania Ottaviano: “Si algunas instituciones, directivos o docentes se dieran cuenta de lo útil que sería contar con el móvil del alumnado en el aula, en lugar de un PC por cada uno o una sala de computación, sería no solo un ahorro en inversión de equipamiento importante, sino también una forma de reconocer que el cuaderno digital del alumno ya podría tener lugar en un móvil o celular, con la carpeta didáctica guardada en un drive o en la nube y libros digitales de las diferentes materias. También contaríamos con un recurso que los alumnos usan de forma natural y que podríamos emplear como red social privada de intercambio y de colaboración entre docentes y alumn@s a través de grupos de WhatsApp, Telegram u otras mensajerías; o bien utilizar apps para generar actividades multimedia o editar vídeos, algo que puede ser de gran utilidad en clase. La clave, sin duda, es la preparación o capacitación del docente y de las instituciones educativas para tomar las decisiones adecuadas y generar un cambio cultural de este tipo. Los alumn@s ya están preparados”.

@melaniao trabaja en el desarrollo de instancias de formación virtual desde 2004 para Fundación Telefónica y el Ministerio de Educación de La Nación Argentina. También es coordinadora de Informática Educativa y del campus virtual del colegio Benito Nazar e integrante del equipo de formación del programa Primaria Digital del Ministerio de Educación de la Nación Argentina en Aulas virtuales.

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Yolanda Quiazua: “¡Es una gran oportunidad! Pero está claro que la tecnología, por ella misma, no propicia el éxito educativo, sino que es necesario que el docente establezca una adecuada política de uso, con un sentido de responsabilidad en la producción y oferta de contenidos desde los aspectos pedagógicos. Las ventajas de incluir los dispositivos móviles en el aula son numerosas, ya que ponen a  nuestro alcance opciones para la enseñanza-aprendizaje investigando, leyendo, analizando, escuchando, conversando, creando y comunicando. Casi de forma sistémica permite visibilizar el pensamiento y las ideas de todos los estudiantes. Los propios alumnos remarcan que si no usan los dispositivos en clase se quedan atrás, perdiendo la oportunidad de explorar un mundo que no está en el aula”.

@YQuiazua es docente magister en pedagogía y actualmente trabaja como profesional especializado para el portal educativo Colombia Aprende, del Ministerio de Educación Nacional de Colombia.

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Ricardo Silva: “Estoy a favor de un uso adecuado del móvil en las clases, sobre todo teniendo en cuenta la realidad social en la que vivimos, donde las tecnologías móviles digitales forman parte de la vida cotidiana de niños, jóvenes y adultos, tanto para el entretenimiento como para la comunicación y la investigación. Por lo tanto, ¿por qué no usarlas también a la hora de estudiar? Como investigador en el área de Educación Tecnológica, realizo informes sobre computación ubicua, clases invertidas y aprendizaje con dispositivos móviles en los que pongo de manifiesto la necesidad de que el docente se apropie del aprendizaje mediado a través de tecnologías digitales móviles. Y, en concreto, el teléfono móvil ya forma parte del día a día del aprendizaje”.

Ricardo Silva es educador, investigador y especialista en Gestión de Tecnologías de la Información aplicadas a la Educación.

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Cristina Velázquez: “El éxito del aprendizaje móvil dependerá de nuestra capacidad para aprovechar al máximo las ventajas pedagógicas que ofrecen los dispositivos, por lo que es muy importante capacitarnos técnica y pedagógicamente en su uso, explorar aplicaciones educativas y, además, compartir las buenas prácticas para que puedan ser adaptadas, mejoradas y replicadas en otros contextos educativos.

Algunas de las ventajas del uso del móvil como herramienta para el aprendizaje son: la posibilidad de organizarse mejor, comunicarse y trabajar colaborativamente con sus compañeros y profesores, así como aprender contextual e informalmente mediante diferentes aplicaciones, algunas de las cuales han sido desarrolladas especialmente, con fines educativos. Las desventajas serían un uso inadecuado que puede generar distracciones en el estudio, pero hay métodos que pueden regularlo y soluciones que pueden ser acordadas por consenso entre el docente y sus alumnos para optimizar sus posibilidades educativas”.

Cristina Velázquez es coordinadora pedagógica del Programa e-ducadores Online de la INSPT – Universidad Tecnológica Nacional de Buenos Aires, Argentina.

Tiene 14 años y creó una plataforma para encontrar personas perdidas

 
Santiago Aranguri tiene 14 años y programó una plataforma para buscar personas perdidas. Foto: LA NACION / Sebastián Rodeiro
 

«En la escuela varios me preguntan cómo hacer para aprender a programar», cuenta Santiago Aranguri, estudiante, 14 años, que pese a su corta edad ya cuenta con varias medallas: este año fue Oro en el Certamen Nacional de Programación y cuarto en el de Selección. Santiago estudia en ORT y desde hace algunos meses empezó una plataforma para ayudar a encontrar personas perdidas, y ayudar técnicamente al grupo de voluntarios de Red Solidaria que intentan dar respuesta a la necesidad de quienes perdieron a un familiar.

«Sentí que algo debía hacer», explica. En la Argentina, por día se pierde una persona. Así, empezó el camino de este joven programador, quien confiesa haber encontrado pocas iniciativas alrededor de esta temática. Interpeló a profesores acerca de código, hizo cuanto curso se cruzara por la web, y empezó. La idea fue clara: pasar de un simple listado de personas perdidas a un sistema de reporte por localización que pueda incluso funcionar desde dispositivos móviles.

«Lo que hice fue crear una red de usuarios para conectarlos entre sí. Cuando alguien se pierde los que pueden aportar datos para encontrarlos son las familiares y amigos de las personas, y los testigos que son los que ayudan en la búsqueda», explica Aranguri, que trabaja con la ONGPersonas Perdidas. Hasta el momento, el proyecto está desarrollado en un 50 por ciento. Queda, aún, terminar la implementación. Una vez terminado se podrán cargar a las personas y los usuarios aportarán datos online; habrá una base de datos conectada y en constante funcionamiento; la aplicación activará automáticamente la geolocalización para que pueda notificar a quienes se encuentren en un radio de 20 kilómetros.

¿Fecha de finalización? El proyecto estaría terminado a principios del año que viene. «Queda por mejorar la interfaz. Lo que había hecho estaba bien pero tiene que ser más fácil para los usuarios», explica, en referencia a una aplicación básica para Android que creó hace un tiempo, y que será reemplazada en breve por otra; estará también disponible para Windows Phone y para iOS. El desarrollo ya lleva 4 meses y ahora están juntando todo el conocimiento de Aranguri con las necesidades específicas de la ONG.

El joven programador cree que también hay que prevenir que las personas se pierdan. Para ello creó el sitio perdido.com.ar, útil para la gente que sale a la calle «y que tiene probabilidad de perderse», señala. Lo que ofrece son cuatro botones: uno con tu información básica, otro para saber tu ubicación actual y enviarla a un conocido previamente configurado, números de emergencia y otro para configurar la cuenta. «Sería el paso anterior al reporte de personas perdidas», completa.

UN CHICO DE CÓDIGO

«La mejor manera de aprender a programar es haciendo», señala Aranguri. Él empezó a los 12 y tomó varios cursos online para poder aprender mejor. Para aquellos que le preguntaban cómo hizo, compiló en una aplicación diversos tutoriales.

Sensei of Code es una guía gratis de cursos de programación, para poder ayudar a todos los chicos que quieran aprender a programar, mediante cursos y videotutoriales en internet.

«La idea es comenzar con un nivel inicial y luego de ir aprendiendo, pasar a nivel Sensei of Code, en la página hay cursos de los lenguajes de programación más conocidos, y también de algunos programas», explica Santiago..

Walter Isaacson: «es importante que no tengamos miedo a la tecnología»

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Walter Isaacson (Nueva Orleans, 20 de mayo de 1952) es más que un biógrafo en serie. Se atreve con los grandes genios, como Steve Jobs y Albert Einstein. El presidente del The Aspen Institute y antiguo director ejecutivo de Time publica ahora Los Innovadores(Debate), en la que echa un vistazo al origen de la era digital a través de sus múltiples visionarios, de sus talentos y de sus habilidades, de sus éxitos y de sus fracasos. En su trabajo se remonta hasta 1843, cuando Lady Lovelace describió la esencia de las computadoras modernas. La única hija legítima del poeta Lord Byron supo ver que estas «hermosas máquinas» no tenían que limitarse a manipular números. También afirmó que ninguna computadora sería capaz de pensar.

Un siglo después, surgieron las primeras computadoras. Luego llegó la revolución de Internet. Cuando va a las conferencias y ferias tecnológicas, Isaacson trata siempre de mirar a la gente que está detrás de los productos, para entender lo que está por venir. La innovación real, comenta en esta entrevista, la logran los que son capaces de estar en el punto de unión entre humanidades y tecnología. Por eso el futuro, afirma, estará en manos de las personas que sean capaces de crear esa simbiosis hombre-computador y de la manera más simple.

 

La tecnología es algo que se da por asumido. ¿Pero entienden las nuevas generaciones las máquinas que usan?

Hay que enseñar matemáticas de una manera diferente, para que se enfoque más en cosas como la lógica y logaritmos, que son claves para la programación, y estadísticas, más que en cálculo. Pero también sería bueno volver a los días en que el usuario podía abrir los dispositivos electrónicos y fisgonear entre los circuitos, en lugar de estar sellados hasta el punto de no llegar a la batería.

Es como si se renunciara a poder arreglarlas.

Eso es fundamental. Nos estamos viendo alienados por una tecnología que cada vez parece más misteriosa. Por eso escribí este libro, para que se entienda que la tecnología está creada por gente normal. Son personas que entendieron cómo interruptores que se apagaban y encendían creaban un circuito para hacer lógica. Es importante que no tengamos miedo a la tecnología.

El origen de la Era Digital lo personifica en Ada, condesa de Lovelace. ¿Por qué?

Entendió que era importante conectar el arte a la tecnología, para así poder amar a la vez la poesía y las máquinas. Con su amigo Charles Babbage mostró cómo con tarjetas perforadas se podía programar calculadoras numéricas para hacer fotos, música y palabras, no únicamente números.

Las referencias al vínculo que debe haber entre belleza e ingeniería son constantes en su libro. Leonardo Da Vinci hizo eso mucho antes que Ada Byron.

Es la persona por excelencia que supo conectar arte con ingeniería y ciencia. Espero que mi próximo libro sea sobre él.

¿Se puede ser visionario sin ser un genio?

Hay poca gente realmente inteligente. Muchos de los protagonistas de la era digital son personas normales. Lo que hay que saber es ser creativo, imaginativo. Hay que ser capaz de pensar diferente, como dijo Steve Jobs. Pero también se necesita saber crear equipos de personas. Unos son buenos teniendo ideas, otros ejecutándolas. Se puede ser un innovador independientemente de la personalidad que uno tenga. No hay una fórmula única.

¿Y no es también estar en el momento y el lugar adecuado?

Cierto. Pero siempre es el buen momento para ser creativo.

Usted explica que innovación es un término que se usa con exceso. ¿Pero muy a menudo se confunde con invención?

Ser innovador no significa que siempre haya que ir inventando cosas. Significa que hay que hacer las cosas de otra manera, para crear una conexión con la gente.

Las mujeres fueron claves en el origen de la era digital, pero aparecen en la historia con un papel secundario. ¿Por qué?

No creo que haya diferencias entre hombres y mujeres a la hora de hacer cálculos matemáticos o de crear máquinas. El problema es que en los inicios los hombres pensaron que las máquinas eran más importantes que los programas y se equivocaron. La historia tampoco ha creado modelos a seguir de mujeres innovadoras. Por eso debemos reconocer el trabajo de Ada Byron o el de programadoras como Grace Hopper, para que inspire a más mujeres a introducirse en la tecnología.

La implicación militar fue esencial en el desarrollo de las primeras computadoras y de internet. ¿Debería recuperarse esa colaboración para dar el próximo salto?

Es importante que los gobiernos sean socios plenos y financien la investigación científica de base en las universidades. Ayudó a crear cosas como los microchips. No se trata de que participen en la creación de un nuevo producto, sino de preparar la tierra de cultivo para que germine la innovación futura.

¿Cree que las empresas maduras tienen miedo a innovar?

Lo que creo es que las compañías que están dispuestas a comerse sus propios productos son las que innovan mejor. Apple creó el iPhone sabiendo que acabaría con el negocio del iPod; estaba dispuesto a canibalizarlo para poder crear algo nuevo.

IBM y HP fueron pioneras. Ahora llevan años tratando de transformarse. ¿Tan rápido va la tecnología que no siguen el paso?

El gran problema es que las grandes compañías no innovan bien, porque no quieren ir contra sus propios productos.

¿Son imposibles de gestionar?

En la era actual, hay que ser ágiles. Ser pequeñas te da esa ventaja. Es mejor que tratar de ser un conglomerado.

¿Cuál es su opinión sobre las patentes? Elon Musk ofrece las suyas para acelerar el coche eléctrico. En el extremo están Apple y Samsung peleándose por un diseño.

La tensión entre esos dos modelos ayuda a crear la dinámica para innovar. Por eso no creo que todo deba estar completamente abierto o cerrado. Sí pienso que las reglas deben evolucionar, para permitir sistemas más abiertos en lugar de patentarlo todo.

Da por hecho que la colaboración entre el hombre y la máquina está ganando a la idea de la inteligencia artificial.

Es la gran historia de la era digital. Combinar la capacidad de las máquinas con el juicio humano es más exitoso que crear máquinas que puedan pensar sin humanos.

¿Habrá entonces una conexión física?

Claro. De alguna manera la está habiendo con los relojes y los anteojos interactivas. Algún día los dispositivos electrónicos estarán dentro de nuestro cuerpo. Ya tenemos marcapasos.

¿Cuál será la próxima disrupción tecnológica?

La banca y espero que suceda pronto. El sistema actual no permite hacer pequeñas transacciones con facilidad y deja a mucha gente al margen. Bitcoin es el inicio de esta disrupción. Espero que Apple u otra compañía encuentre la manera de esquivar a la banca tradicional y utilice pequeños pagos con monedas digitales.

vía lanacion.com.ar

#Educación 2.0, una enseñanza para cada alumno #TIC

No todos aprenden igual. A un Juan se le pueden dar bien las mates, a una María, el dibujo, a un Luis, la historia… Pero hasta ahora la enseñanza se entendía como una lucha del profesor para que todos los alumnos aprendan lo mismo. Santillana y la empresa norteamericana Knewton quieren cambiar el paradigma. Su propuesta, implantar el aprendizaje adaptativo en España y Latinoamérica para otoño de 2015. Es decir, el exprimir toda la tecnología online disponible para individualizar la enseñanza a cada estudiante.

“Es la transición del papel al digital, un momento único en la historia. El gran cambio es que ahora el contenido será distinto para cada alumno desde la primera hora”, afirma José Ferreira, CEO de Knewton desde business center del Simo, la feria que aúna educación y tecnología en el Ifema de Madrid. Para conseguir este objetivo la propuesta empleará toda la potencia de internet. Herramientas big data para acumular el histórico de cada alumno que permita conocer sus talentos y flaquezas y definir el plan de estudios que mejor se le adapte. Y también profetizar cuáles serán las mejores vías para su futuro profesional y educativo empleandoweb analytics.

 

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La personalización es la clave en la que insiste todo el proyecto. Y la asignatura por la que se ha elegido empezar son las temidas matemáticas. “¿Por qué? Porque es donde detectamos que hay más fracaso entre los estudiantes, tanto en España como en Latinoamérica”, explica Manuela Lara, directora de proyectos y desarrollos de Santillana. El curso escogido, primero de de ESO y los equivalentes en Latinoamérica: “Ahí se produce la mayor brecha en el aprendizaje de esta asignatura”, puntualiza Lara.

El objetivo es exprimir toda la tecnología onlinedisponible para ofrecer una enseñanza individualizada

Pero toda esta tecnología sigue teniendo como piedra angular al profesor. Y el partido que quiera sacarle a la herramienta dependerá de cuánto quiera implicarse. “Si la efectividad de esta tecnología dependiera de que el profesor cambiara su manera de enseñar, no funcionaría. El programa ya es efectivo si el profesor da la clase como siempre la ha dado. Pero si se implica con la enorme cantidad de datos que provee el sistema, tanto mejor”, aclara Ferreira. La información que puede proporcionar la aplicación llega, según Ferreira, a un enorme nivel de detalle: “El programa le diría al profesor: ‘Has explicado 32 conceptos esta semana. Y han asimilado 27. Estos son los cinco que necesitan refuerzo’. O: ‘Crees que este es un chaval muy listo que va sin problemas, pero se está esforzando al límite’”. Manuela Lara quiere aclarar que el sistema será lo suficientemente “accesible” y “digerible” como para no abrumar a los docentes.

El éxito de esta propuesta ya ha ofrecido resultados, según una encuesta realizada por Santillana entre los profesores que han participado en las pruebas del sistema. El 82% de los consultados cree que su porcentaje de aprobados ascendería al menos en un 10% de usar esta herramienta. Los planes de ambas compañías apuntan a una expansión en el futuro, tanto en materias como en la ambición multimedia de los contenidos. “Sé que estamos acostumbrados a escuchar que hay alumnos que aprenden mejor con lo visual, otros con lo musical. Pero no es cierto. La clave es la implicación del alumno con lo que estudia. Y es verdad que el alumno a veces asimila mejor con vídeos. O con juegos, que son un medio que los implica mucho”, destaca Ferreira.

La asignatura por la que empezar son las matemáticas y el curso 1º de ESO y sus equivalentes en Latinoamérica

Los padres ya pueden empezar a preparar un hueco en sus móviles o en sus futuras wearables (la mezcla de atuendo y tecnología que nos invadirá en breve) para una appeducación digital. Ferreira fabula hasta qué punto puede llegar el conocimiento de los padres sobre los avances o dificultades de tus hijos: “Te llega una alerta. Tu hija es mejor en matemáticas de lo que cree. Tiene un problema de confianza. ¿Cómo lo ha detectado? El programa le hace una pregunta difícil, de la que solo responden el 15% de los alumnos. Y la falla. Unas cuantas preguntas después, le hace la misma pero formulada de otra manera. Y la acierta. Así que está en ese 15%, pero le falta coger confianza en sí misma”. Ambas compañías lo tienen claro, la educación de las nuevas generaciones será un cambio total de paradigma. Ferreira lo resume así: “Es una locura tener el mismo tipo de aprendizaje para todos los individuos. Hasta ahora, la raza humana no lo podía hacer mejor. Y ahora sí podemos hacerlo”.

Vía   elpais.com

Las mejores 100 aplicaciones educativas

El presente informe, Top-100 Innovaciones Educativas, recoge los resultados del proyecto Desafío Educación. Se trata de una amplia investigación que Fundación Telefónica ha llevado a cabo a lo largo de este año para identificar iniciativas educativas innovadoras, es decir, novedosas pero con resultados demostrados, en el ámbito de la enseñanza de las ciencias en sentido amplio.

Se presentan las iniciativas que se consideran con mayor potencial de desarrollo, y para cada una de ellas se ofrece información breve pero útil y sistemática. Estamos seguros de que estos resultados serán una herramienta que permitirá difundir un conocimiento que consideramos de gran valor para toda la comunidad educativa y la sociedad en general.

Fundación Telefónica 

El dilema de vivir o registrar el momento con el smartphone

 
Una multitud con cámaras, teléfonos y tabletas rodea al papa Francisco en su audiencia pública en la plaza de San Pedro. Foto: AFP 
 

El vuelo 1416 de JetBlue acababa de partir hacía algunos minutos de Long Beach, California, rumbo a Austin, Texas, el 18 de septiembre, cuando Scott Welsh, un pasajero en el asiento 5A, escuchó un ruido sospechoso. Instantes más tarde la cabina comenzó a llenarse de humo, hasta el punto de que sólo podía ver pocas filas más allá de la suya, según dijo. Poco después supo que el motor de estribor del Airbus A320 había estallado.

Mientras otros pasajeros comenzaban a llorar y rezar, Welch se puso su máscara de oxígeno y ponderó su destino.

«Entendí que quizás iba a mi encuentro con Dios» recordó Welch, de 34 años. Pensó: «Si llegó mi momento, llegó mi momento».

Enfrentado a su destino mortal, pudo haber cerrado los ojos para reflexionar calladamente. En vez de ello, Welch, fotógrafo deportivo, respondió de una manera distintiva del año 2014: buscó su teléfono inteligente Samsung Galaxy Note 3, y apuntando al aire lleno de humo tocó el botón de grabar. Incluso tuvo presencia de ánimo para tomar una selfie sonriente.

No importa que el avión aterrizó a salvo poco después, lo que convirtió el accidente en algo relativamente intrascendente. Las grabaciones tensas, de Welch y de otros que vivieron para contarlo, ayudaron a que la historia se convirtiera en una noticia de impacto nacional. Los dos breves videos de Welch se viralizaron; uno atrajo más de un millón de vistas.

Aparentemente ya no basta con registrar cada momento de la vida con el celular. También vale registrar una escaramuza con la muerte.

Gracias al «Complejo Industrial de Videos Personales» -decenas de millones de celulares con capacidad de grabar videos que alimentan diariamente con horas de grabación a monstruos dedicados a compartir esas producciones como YouTube-, ahora conciertos de rock, juras presidenciales, pequeñas obras escolares de teatro de cuarto grado y hasta desastres en el aire pueden ser considerados «contenido», lo que nos inspira a todos para registrar cualquier evento para la posteridad.

¿Es más importante que vivamos estas experiencias que registrarlas obsesivamente y subirlas a la nube?, preguntó William Powers, un investigador del laboratorio de medios del MIT

Pero en el momento mismo en que todo encuentro público de gente, desde lo mundial e histórico hasta lo más íntimo, evoluciona hacia convertirse en un mar de pantallitas brillantes, también comienza a darse una reacción en contra de ello. Una mezcla sorprendente de críticos -gurúes de la auto conciencia, rockeros indie y hasta, aparentemente, el Papa Francisco– Han comenzado a implorar a estos videógrafos improvisados que dejen sus teléfonos y comiencen a vivir nuevamente.

¿Vivir el momento o registrar el momento? Se ha convertido en un dilema que define la era de los smartphones.

«¿Es más importante que vivamos estas experiencias que registrarlas obsesivamente y subirlas a la nube?» preguntó William Powers, un investigador del laboratorio de medios del MIT y autor de «Hamlet’s BlackBerry: Building a Good Life in the Digital Age» (El BlackBerry de Hamlet: Crear una buena vida en la era digital). «Absolutamente. ¿Entonces más gente aprenderá a vivir el momento y renunciará a las excesivas fotos y videos? Lo dudo».

Para los obsesivos de las noticias, este tema podría conjurar imágenes de las tomas locamente viralizadas del Vaticano luego de la elección del Papa Francisco, del año pasado. Las imágenes, colocadas en los medios sociales por NBC News, buscaban mostrar un contraste entre la multitud relativamente libre de celulares en la plaza San Pedro que recibió la elección del Papa Benedicto XVI en 2005 y los miles de puntos luminosos que dieron la bienvenida al Papa Francisco en 2013.

Es cierto que la historia luego resultó ser un poco más complicada. Como informó más tarde el Washington Post, la toma de «antes» era en realidad de la procesión funeraria del Papa Juan Pablo II, evento en que el uso del celular podría parecer inapropiado. Aún así, la toma de «después» se demostró indeleble, quizás incluso para el mismo pontífice.

En una aparición pública en le Vaticano en agosto, alertó a los jóvenes respecto de gastar demasiado tiempo en «cosas fútiles» como Internet y los celulares que «debieran simplificar y mejorar la calidad de vida, pero distraen la atención de lo que es realmente importante».

De allí la superposición en los diagramas de Venn del Papa Francisco y Jack White. Con un corte de pelo que lo hacía parecer una versión gótica de Clara Bow, el ex miembro de la banda de rock White Stripes, apareció en el programa de entrevistas televisivas Conan en junio pasado, donde junto con el anfitrión lanzaron largas diatribas acerca de las pantallitas refulgentes tan ubicuas que afean las presentaciones públicas.

«He tenido la experiencia de salir a actuar ante el público y solo ver un mar de iPad» dijo Conan O’Brien con exasperación. «Ni siquiera se veían las caras».

White estuvo de acuerdo, agregando que en su gira más reciente se vio obligado a pedir a los asistentes a los conciertos que dejaran de lado sus dispositivos y «simplemente disfrutemos con nuestros ojos y oídos». Lejos de molestarse, dijo, el público aplaudió. Artistas como los del grupo Eagles, Prince y She & Him recientemente tuvieron experiencias similares.

He tenido la experiencia de salir a actuar ante el público y solo ver un mar de iPad, dijo el presentador televisivo Conan O’Brien con exasperación

Considere esa pequeña victoria para el concepto de «fluir», el término psicológico de moda, que refiere a la gran satisfacción y disfrute derivado de despojarse de toda preocupación y sumergirse, al estilo zen, en la actividad del momento, se trate de saltar con paracaídas desde un acantilado en El Capitan, Yosemite, o comerse unas ricas costillitas y dejar el plato brillante.

El fluir parecería algo natural en momentos sagrados de la vida, como los casamientos. Pero estos también se han vuelto eventos saturados de celulares, al contentarse cada vez más los invitados con registrar la ceremonia a través del tercer ojo electrónico.

 
Enfrentado a su destino mortal en su vuelo en JetBlue, Scott Welch sacó su teléfono inteligente y tocó el botón de grabar. 

Para algunos, como los mandamases de los medios y los ricos y famosos, el problema es la privacidad. Kanye West y Kim Kardashina amenazaron con confiscar todo celular que brillara en su boda en Florencia, Italia, en mayo pasado, según un informe de Radar Online. Del mismo modo, Nick Denton, jefe del imperio Gawker, requirió de los invitados «presencia personal plena», dejando sus celulares a la entrada, antes de su casamiento con su pareja, Derrence Washington, en mayo. «Pueden atender a su presencia virtual -y sus seguidores en Twitter e Instagram- al día siguiente» le dijo a a los invitados.

La crianza de los niños también sufre una invasión «paterno-paparazzista», las mamás y los papás paparazzis de espíritu que, celular en ristra, atestan los auditorios en todo evento escolar, sea una obrita de teatro o un recital de danza.

Debe decirse que según muchos padres los niños mismos, estrellas de YouTube desde la cuna, esperan que se inmortalice en video cada gesto y cada giro suyo.

Y eso contradictoriamente inspira a otras padres para dejar de lado sus celulares a modo de protesta. A ese punto llegó Beth Feldman, publicista de Nueva Rochelle, en Nueva York, que escribe un blog llamado Role Mommy (Rol Mamá), luego del concierto de primavera de su hijo que estaba en sexto grado el año pasado, y que se vio obligada a ver a través de un caleidoscopio virtual, con la acción en escena refractada a través de múltiples celulares delante de ella. «Una consigue un buen asiento para ver a su nene e igual tiene que estirar el cuello para ver algo» dijo enfurecida.

Como sucede con cualquier discusión referida a los medios sociales, es fácil reducir la cuestión a una pandemia de narcisismo. Al fin de cuentas vivimos en una cultura que tolera que Tumblr se llene de selfies luego de un funeral.

Hay estudiosos que llegaron precisamente a esa conclusión. En un estudio de 2013 Jean W. Twenge, una profesora de psicología de la Universidad Estadual de San Diego, y dos colegas, analizaron más de 760.000 libros estadounidenses publicados entre 1960 y 2008. Concluyeron que el uso de pronombres de primera persona plural («We» y «Us» en inglés, «Nosotros» en español) se redujo un 10 por ciento, mientras que el uso de los pronombres de primera persona singular («I» y «me» en inglés, «yo», «mí» en español) se incremento un 42 por ciento. Para la profesora Twenge, autora de un libro editado en 2009 bajo el título «The Narcissism Epidemic» (La epidemia de narcisismo), esto es parte del mismo cambio en la sociedad. «Eso es el video: es mi experiencia» dijo Twenge.

El video del accidentado vuelo JetBlue 1416

Seguramente Scott Welch, el cronista del incidente en el avión de JetBlue, estaría de acuerdo con ella.

«Sueno hipócrita por lo que hice» dijo Welch. Pero afirmó también que la obsesión generalizada de subir a la red cada instante de la vida le resulta «un poco extrema». Aún así, habiéndose visto colocado en esa situación advierte que hay motivos más allá de la vanidad para tomar el celular en los momentos claves de la vida.

«Consideré el hecho de que mi familia podría no volver a verme» dijo. «Por eso volví el celular hacia mí luego de que comencé a filmar». Agregó: «Quería que mi familia me viera sonreír».

De todos modos, tan pronto como se viralizó el video (una compañía distribuidora se abalanzó sobre el mismo a las pocas horas, ofreciéndole el 60 por ciento de los derechos y lo que se obtuviera por YouTube), supo que sin querer se había sumado a la larga lista de micro-estrellas de YouTube, todos esforzándose por meter su rostro delante de la cámara, como buscando afirmar su destino de testigos de eventos históricos.

Sabe que así lo debe ver todo el que no lo conoce.

«Bárbaro, ahora soy el tipo de la Selfie de JetBlue» dijo Welch con tono despectivo. «Es la crítica que yo le haría a cualquiera».

Traducción de Gabriel Zadunaisky.

via lanacion.com.ar